¿Qué recordamos de
nuestros ancestros? ¿Qué recibimos de la sabiduría antigua?
Nosotros somos una
continuidad, provenimos de los ancestros y desde nosotros vendrán las
siguientes generaciones biológicas o espirituales. Y podemos vivirlo, heredando
los conocimientos antiguos, aplicándolos en la vida y educando a los niños para
que sigan este hilo de respeto por nuestros ancestros espirituales y biológicos.
Nos
enseñaban en el colegio que provenimos de los ancestros que son salvajes, que
estaban buscando la comida todos sus días, matando a los animales para
alimentarse, como si fuera muy pobre la naturaleza, como si no les alcanzara lo
que crecía o no la veían y todos sus día tenían que pasar buscando la comida,
cuando la comida ya estaba con ellos, el aire mismo que respiraban, pero no
sabían que este aire los alimentaba.
Hay
también los libros (que no nos enseñaban ni tampoco enseñan ahora) que hablan
sobre los tiempos llamados védicos y sobre ancestros nuestros con conciencia
más elevada, son despiertos, tienen conección muy fuerte con la naturaleza. Los
animales les sirven, viven cerca, ayudan en todo como hermanos menores, ayudan
a cosechar los alimentos, educar a los niños, los elfos también caminan con
ellos.
Las
personas de esta época convivían con la naturaleza como con la madre, con mucho
respeto y gratitud. Ellos conviven con las plantas y animales como con los
seres vivos, relacionándose con ellos con amor, sabiendo que es eso lo que necesitan
todos: amor.
También
dicen que el ser humano no supo cómo explicar los fenómenos de la naturaleza y
por eso inventaba a los dioses y sus leyendas. Pero tal vez, sabían incluso
más, miraban más allá de los procesos físico-químicos y veían el sentido espiritual
de cada fenómeno de la naturaleza, veían la espiritualidad detrás de la
química, la física y la biología, detrás de la ciencia hay algo más grande.
Esas
personas sabían que creamos el mundo con los propios pensamientos y así sabían
como resolver todos los conflictos, tal vez es momento de recuperar esa fe,
para recuperar el sentido de la ciencia y todo el desarrollo alcanzado hasta
ahora.
A
los niños los educaban con amor y respeto, los escuchaban con atención porque
sabían que los adultos suelen olvidar las más simples y sabias verdades, mientras
que el niño en su luz: recuerda todo y no tiene límites en su imaginación, las
imágenes de su mente están intactas y dan lugar a una imaginación fuerte y
trascendental, conservan esta pureza, saben que la imaginación es el primer
paso al descubrimiento.
No
sabemos qué es verdadero, pues no lo recordamos, tal vez es momento de
recuperar la imaginación, la espiritualidad, conectarnos con nuestros ancestros
espirituales.Los invito a reflexionar sobre lo que leemos, encontrando nuestras verdades en el
interior.
Tal
vez, es momento de recordar las tradiciones y rituales ancestrales y encontrar
allá una sabiduría que nos ayude en la vida, enriqueciéndonos en todos los sentidos. Tal vez,
con esto vamos a entender porque tenemos lo que tenemos y vivimos como vivimos.
Tal vez, podemos entender si estamos dormidos o despiertos, vivos o muertos, y
nacer desde nuestra conciencia lúcida.
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