lunes, 11 de septiembre de 2017

¿La vida de quién estás viviendo?


¿Qué necesita una persona para desarrollarse y expresarse?

Creo que en el mundo hay muchas personas que no se atreven a descubrirse a si mismos por el hecho de tener miedo a entrar en conflicto con la sociedad que les rodea, se pierden a sí mismos en esa sociedad y viven la vida de los convencionalismos, una vida que no es de ellos, una vida que los mata.

Recuerdo como yo respetaba a las lesbianas que conocía, por ser fuertes. Y estaba tranquilla por no tener que pasar por tales horribles desafíos que implica el rechazo social por no ser como la norma lo manda, no sabía bien quién era yo en esos tiempos.

Yo me protegía de la posibilidad de ser una de ellas simplemente, y no notaba que me enamoraba de las chicas cubriéndolo con “respeto por su fuerza, valentía y autoconfianza”.  Es cierto, ellas necesitaban estas cualidades para sobrevivir en estas condiciones de la heterosexualidad obligatoria y únicamente natural, además del montón de reglas que existen para“ser mujer”.

Me gusta ser mujer y me gustaba. Pero no entendía porque me tengo que poner faldas cortas, tacones y maquillarme. Me decian: “Porque ser mujer predispone estar siempre al 100%”. “¿Están seguros que ser mujer es precisamente esto?”- preguntaba en respuesta.

Y para entender que ser mujer es un acto interno pasé muchos caminos de rechazo, rebeldía y lucha, hasta llegar a desarrollar amor, paciencia y aceptación. Para mí siempre fue fácil ser mujer en una pijama andando por la cuidad, y me sentía tan natural como amar a otra mujer.

 Ahora me cuestiono, porque es tan difícil este tema. ¿“Lo normal” se siente amenazado cuando aparece otra opción, cierto?; lo normal viene de la normativa establecida ¿por quién?: ¿Por la naturaleza?, ¿en este caso nuestros instintos, emociones, deseos, atracciones de dónde vienen?, ¿no son naturales?
Un día pregunté a un testigo de jehová:
– Qué dirias a una persona si te dice: “Yo amo a una persona del mismo sexo y me siento feliz. Así me dice mi corazón”.
Responde:
– Corazón  es mentiroso a menudo.
– ¿A quién creer entonces?
– A la Biblia.
– ¿Y donde se encuentra el Dios? , ¿En la Biblia o en el corazón?
Silencio.

Así nos enseñan a vivir. Creer mucho a “los que saben”, a los libros, a las leyes y poco a nosotros mismos, es como si dentro de nosotros mismos no hubiera sabiduría, ni conocimiento. Así vivimos creyendo en ellos, no sabiendo quiénes somos, preguntando a otros (televisión, publicidad, redes, amigos, tíos, padres, familia, etc.) cómo vamos a vivir nuestra vida, los escuchamos…nos olvidamos de oírnos a nosotros mismos, y de escuchar el miedo que nos aprieta y nos somete.

Y aún han inventado el término “homofobia”, y después lo empezaron a criticar diciendo que no es fobia en términos clínicos, pero para mí sí lo es. Es una creencia de que aquellos que viven su vida de manera diferente a la tuya te pueden hacer daño, esto es igual de irracional como otras fobias. Por lo tanto como todas las fobias, el problema no es el homosexual, ni la oscuridad, ni la araña, ni el encierro, etc. sino el mismo sujeto homofóbico, que por lo tanto debe ser tratado clínicamente, para resolver lo que adentro suyo le causa temor, rechazo y molestias…puesto que la causa está adentro de sí mismo y no en dos hombres o dos mujeres expresando su amor libremente, si se asumiera esta homofobia y se la tratara clínicamente, para sanar al individuo que la posee, disminuirían los actos de violencia contra la libertad de ser de las personas y aumentaría la paz interior de quien sufre la fobia.

¿Y qué pasaría si se borraran todas las desigualdades y uno pudiera elegir entre la eternidad de opciones cómo vivir su vida sin culpa ni miedo? ¿Por qué tan a menudo pensamos sobre como ser felices y terminamos recorriendo caminos contados por otros?

Uno vive solo una vida, la suya. Y la vive solo de una manera, la suya.  Por eso uno suele entender a todo lo que siente y lo hace como natural, por lo cual se hace difícil entender al otro, aceptarlo, esto genera desigualdades, puntos de vista y modos de ser, hacer, pensar diferentes, pero no por eso dejaremos de ser nosotros mismos.

Hay un buen consejo inspirado por el maestro Hellinger: tener respeto al enigma; al otro, ver que hay muchas opciones, modos de vivir; aceptar y respetar al diferente. También se puede vivir re-negando (volver a negar, y volver a negar, una y otra vez), diciendo que aquello que no te parece no es normal, es incorrecto, malo. O puedes vivir con esto, entendiendo o no, pero en paz.

Lo esencial y más complicado es la transformación de la mente, la aceptación de las condiciones internas y externas. Cuando dejemos de buscar errores en otros y pongamos nuestra energía en ampliar nuestra mente y crecer, entraremos en otro mundo, un mundo donde cada quien vivirá la plenitud de su vida y de su ser.